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Retratos de La Paz - Una larga caminata por una de las ciudades más altas y hermosas del planeta.

Actualizado: 22 jun 2022


Dentro de algunas semanas debo volver a viajar a Bolivia por un proyecto de fotografía y no puedo dejar de revisar el material de mi último viaje.


La gente, las calles, el delgado aire, la altura y sus colores son simplemente impresionantes. No puedo decir que he estado en muchos lugares francamente en el planeta Tierra, sin embargo sí puedo decir que de lo que he visto, La Paz es uno de los más hermosos.



Recorrí el centro, la periferia, le saque el jugo al teleférico (ya hablaremos del teleférico en otra oportunidad), El Alto, sus callecitas y estuve donde comienza el altiplano, y me fui encontrando con estas postales que portan distintos grados de belleza, sin estar exentos de otro tanto de desolación y miseria.


La pobreza cala profundo, ya sea acá en La Paz o en cualquier otra parte del mundo.

Es una de esas cosas que al menos a mí, me parte el alma de manera inmediata. Me deja pensando, y es que detrás de una cámara como el tiempo se detiene y hay cosas que me van quedando en la retina de manera permanente.



Por otra parte, la alegría pareciera ser un sello propio de los bolivianos, o al menos de los habitantes de La Paz. Mi llegada coincidió con el comienzo de un carnaval cuyo motivo de realización era agradecer a la Pachamama por los bienes de cada persona y comunidad, y por el cuidado de ellos.


El baile, las challas (confeti), la cerveza, los disfraces y mayormente la actitud y energía, inundaban las calles con música y una vibra altamente contagiosa.

Así fue como me mimeticé bailando y saltando entre la gente, para poder conseguir algunas de estas capturas.



En fin, una belleza y realidad tal vez distinta para muchas personas, sin embargo única y propia de una cultura con muy poca intervención de la globalización que al menos podemos percibir en Chile (o Santiago).


Al ver estas fotos me transporto instantáneamente a estas calles, colores y gente. Siento el aire delgado entrar a mis pulmones y la falta de oxigeno al caminar. Se me acelera el corazón de tan solo pensar que dentro de poco volveré a una de las ciudades hermosas del mundo.

Por eso quise compartir hoy con ustedes este registro. Sé que no todos se entusiasman como yo con estas cosas, pero tal vez mi entusiasmo es tanto que vale por todos ustedes.



Claudio Ramírez C.


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